Voluntariado

MI EXPERIENCIA. ASOCIACION REIKIMETERRANEO.

Los practicantes de Reiki no diagnostican ni predicen. Las manos saben, el practicante NO.

A lo largo de años lo vengo repitiendo y es la base de mi enfoque a la hora de acompañar a los demás.

El practicante de Reiki que es médico, también LO ES cuando actúa como practicante de Reiki. Si alguien nos pide ayuda como practicantes de Reiki, debemos aportar todo nuestro ser a la forma de estar con ella.

Sin embargo, paradójicamente, cuando se actúa como voluntario en temas de salud, es mejor atenerse al papel para el que se ha sido invitado. El colectivo sanitario, en lineas generales y salvo excepciones, no suele aceptar opiniones ni sugerencias. A riesgo de ser tachado de "intrusismo" es mejor dar al Cesar lo que es del Cesar y dejar el aspecto medico a los profesionales de la medicina.

¿Resulta esto muy radical? Reiki es radicalmente abierto, en el sentido de no adscrito a ningún dogma ni ideología.

En mi esfuerzo por elevar la practica de Reiki al rango de "método complementario para el bienestar", fundé una asociación y me propuse hablar de igual a igual con otras asociaciones muy comprometidas en la atención a pacientes con enfermedades graves. Conseguí llegar a un acuerdo con una de ellas, de ámbito nacional y muy extendida en la provincia.

Resumen de las condiciones con las que la Asociación se vinculo al voluntariado:


El objetivo de la colaboración era aprovechar el efecto base que cualquier sesión de Reiki suele aportar : la relajación. De alguna forma, una sesión de Reiki es como una meditación acompañada, guiada. Cada posición de manos aporta serenidad al que la recibe y al que la da. En el caso de pacientes con alto nivel de estres supone un "espacio de quietud" en el que el propio paciente se permite de forma muy sencilla, aflojar la tensión física y consecuentemente mental.

Mi consigna en mi concepto de terapia complementaria es radical:

Aportar RELAJACIÓN es exclusiva y únicamente, el objetivo del voluntariado.

La designación de quién pueda ser candidato a recibir Reiki, correspondería a la asociación con quien colaborásemos. El seguimiento psicológico y físico también, por lo que TRAS CADA SESION se realizaría una comprobación del grado de satisfacción y la asociación decidiría si esa persona era candidata a recibir otra sesión o por el contrario no encontraba beneficio en ello.

El control de los practicantes de Reiki que acudiesen a las sesiones reposaba en la asociación Reikimeditereaneo:

  • Los practicantes debían cumplimentar un formulario con sus datos y disponibilidad.

  • Los practicantes debían aceptar las condiciones y objetivos anteriormente explicados y someterse a la supervisión de la asociación Reikimeterrano cuando realizasen su labor con nosotros.

  • Los practicantes no pueden diagnosticar, prever ni opinar sobre las circunstancias de los pacientes ni mucho menos emplazarlos a sus consultas privadas o particulares.

Si algún practicante era pillado infringiendo estas normas era expulsado INMEDIATAMENTE.

Se registró la asociación en Hacienda, así como en órganos municipales de colaboración. Se firmó un seguro de responsabilidad civil para cubrir posibles problemas en actos de voluntariado.

Nuestro objetivo era recabar certificados, documentación aprobada y compulsada por la asociación beneficiada a fin de instrumentar un portafolios con estadísticas, porcentajes de resultados ya buenos o malos que nos sirviesen para dar peso a nuestra colaboración y convencer a otras posibles asociaciones colaboradoras.

Tanto hospitales como centros privados de salud, temiendo posibles denuncias de sus usuarios, jamás permitieron abiertamente el voluntariado Reiki (que yo sepa), salvo casos excepcionales y esporádicos en los que como mucho se formaba a personal sanitario, pero nunca se trataba directamente con el paciente.

No hizo falta una pandemia para que todo este impulso se viniese abajo, bastó el miedo a las consecuencias.

Tras años de colaboración, no conseguimos recoger ningún certificado ni papel acreditativo de nuestra actividad, pese a los buenos resultados (que no puedo demostrar) ya que las asociaciones beneficiadas no se atrevieron a sacarlos a la luz. En esos años, pese al incremento de voluntarios en hospitales y centros públicos y privados, había ya una postura oficial de la comunidad científica que sencillamente despreciaba o directamente rechazaba las terapias complementarias, entre las que se encuentra Reiki.